En el número 80 de la revista Esquirre, Stephen King se
definía a sí mismo como “el equivalente literario a un BigMac con patatas”.
Será porque su obra se ha extendido por todo el mundo, por la cantidad y
calidad de su corpus o por su baja calidad literaria, este símil es más que
convincente y muestra a un escritor ya maduro que sabe reírse de sí mismo y
aceptar el papel que le toca ocupar en la sociedad… y en nuestras bibliotecas.
Pero lo cierto es que Stephen King es
el escritor por excelencia del género de terror en narrativa contemporánea para
muchísimos lectores de todo el mundo y, gracias a esta popularidad, muchos han
sido los directores que se han atrevido a llevar a la pantalla al Ronald
McDonald de la literatura, siendo prácticamente cero el número de libros suyos que
no han sido aún adaptados.
LOS MAESTROS DEL TERROR
Al ser Stephen King un maestro de la
literatura de terror, no es de extrañar que sus paralelos en el cine, los
maestros del cine de terror, hayan acudido en manada a buscar inspiración de
sus relatos para rodar sus producciones.
El primero en adaptarlo fue Tobe
Hooper, el director de La Matanza de Texas,
que dirigió El Misterio de Salem’s Lot,
una mini serie que, al igual que el resto de la obra de Hooper, en particular,
y que la mayoría de adaptaciones de los 80 de Stephen King, en general,
acabaría por envejecer. La obra original se inspiró directamente en el Drácula de Bram Stoker para narrar la
historia de Ben Mears, un escritor que regresa a su tierra natal (argumento
bastante recurrente del autor) con el fin de escribir su próxima novela. Cuando
los vecinos comienzan a convertirse en vampiros, Mears decide investigar para
llegar al origen de la epidemia. El director acudiría a las dos películas de
Nosferatu (1922 y 1979) para buscar inspiración en el diseño artístico.
Imágen de la versión de Nosferatu de 1922, dirigida por Murnau |
Imágen de la versión de Nosferatu de 1979, dirigida por Werner Herzog |
Imágen de la adaptación de El Misterio de Salem's Lot |
A Hooper le siguió George A. Romero.
En 1982, el director de La Noche de los
Muertos Vivientes adaptó Creepshow,
una película de episodios de los cuales 3 de de 5 eran inéditos. De las dos
secuelas que se hicieron, solo una más volvió a contar con historias de Stephen
King.
Otro que no tardaría en adaptar fue
David Cronenberg, el barón de la sangre, que se decantó por La Zona Muerta (1983), un título más
alejado del terror y más cercano a la ciencia ficción, su género por excelencia.
Este thriller psicológico está protagonizado por Christopher Walken en el papel
de un hombre que despierta tras cinco años en coma y descubre que tiene poderes
extrasensoriales. Más adelante se haría un remake en formato de serie para
televisión.
Ese mismo año, John Carpenter, el
director de Halloween y The Thing estrenó Christine, basándose en la historia de un coche maldito que King
escribió durante su estancia en el hospital tras haber sido atropellado.
NIÑOS, PAYASOS, COCHES Y CEMENTERIOS…
Parte del éxito del autor se debe a
buscar en cosas más o menos cotidianas,
como un perro, un coche o un payaso, un motivo de terror, resaltando rasgos,
exagerando y creando situaciones en las que cualquier persona podría sentirse
aterrorizado. Además, Stephen King tiene una serie de motivos que se suelen
repetir en muchas de sus novelas (muchos de ellos sabemos, autobiográficos)
como el retorno al pueblo natal, la superación de miedos y traumas, el bulling
y los abusos físicos y sexuales, las drogas, el alcoholismo, la familia… y la
infancia, quizás el común denominador a todos los temas anteriormente citados. Muchas
de sus novelas se pueden catalogar como bildungroman
o comming-of-age story, historias
protagonizadas por niños en plena transición hacia su madurez.
Este es el caso de su novela más
larga hasta la fecha: It (Eso). Adaptada
para el cine en dos partes en 1990, se trata de un catálogo de todos los temas
citados en el anterior párrafo. Aún con gusto a las producciones televisivas de
los ochenta, esta larga película tiene alguna de las mejores escenas de terror
sacadas de un libro de King. Podemos recordar, entre otras, la escena de lluvia
en la alcantarilla con los globos o la escena de las sábanas en el tendedero…
cualquiera podría provocarnos pesadillas hasta los más adultos pero, si hay
algo que esta película tristemente demuestra, es que es mejor sugerir… que
mostrar, pues el desenlace de cada una de las dos partes es a cual más decepcionante.
Aún queda por ver cómo resuelve Cary Fukunaga, el director de Sin Nombre (2009), Jane Eyre (2011) o la serie True
Detective, el remake que prepara en dos partes para el 2016 pues, por si no
era ya obvio, he de subrayar que la mayor carga terrorífica de la película
original recae en Tim Curry, espeluznantemente caracterizado como el payaso
Pennywise, en la mejor interpretación de su carrera junto con Frank N Furter,
el vampiro transexual de The Rocky Horror
Picture Show.
No se queda atrás Cementerio Viviente en cuanto a recursos
de terror. En cuanto a anecdotario, tampoco: el propio Stephen King hace un
cameo además de firmar el guión.
Más recientemente, Frank Darabont, uno de
los directores con más tablas adaptando a Stephen King, encontró en La Niebla (2007) uno de los
acercamientos más complejos a su obra. Este homenaje a H. P. Lovecraft es una
fábula social y política, a veces nada sutil y puede que hasta enervante por lo
que al punto de vista religioso se refiere. La historia nos lleva a Maine, el
estado predilecto del autor, donde una brusca tormenta trae, tras de sí, una
espesa niebla que sirve como hábitat a un grupo de monstruosas criaturas. En un
supermercado se refugia un nutrido grupo de pueblerinos que se afrontará los
extraños acontecimientos de diferente forma. Atentos con guiño inicial de la
película a una de las obras más queridas de Stephen King: La Saga de la Torre
Oscura.
EL RETORCIDO MUNDO DEL ESCRITOR
Moviéndose de un lugar a otro de los
Estados Unidos para promocionar sus libros, imaginamos que el escritor habrá
tenido muchas vivencias, algunas de ellas cercanas al género que él mismo
cultiva. Y dado su facilidad para incluir elementos autobiográficos en sus
novelas, no es de extrañar que algunas de ellas estén protagonizadas por escritores.
En este apartado vamos a explorar adaptaciones donde la figura del escritor
afronta algún tipo de crisis.
En esta línea se circunscribe el
protagonista de 1408, un desafiante y escéptico escritor de guías de terror baratas. Su fe y su
razón se verán puestas a prueba en la habitación 1408 del hotel Dolphin, en
Nueva York. Quizás esta figure entre las adaptaciones con la ratio de sustos
más alta.
Injustamente olvidada e infravalorada está La Ventana Secreta, protagonizada por Johnny Depp cuando estaba en el mejor momento de su carrera o, para muchos “cuando aún molaba”. La historia nos muestra a un autor en un momento de sequía creativa en el que un inesperado personaje le hace una visita. De todos los géneros entre los que oscila, quizás sea “thiller” el calificativo más adecuado. El carácter autoalusivo de la obra tampoco tiene desperdicio: "lo que importa es el final, es la parte más importante de un cuento. Y este... es perfecto".
Pero una de las más “perfectas” de todas las adaptaciones que en este artículo podamos incluir es Misery, dirigida por Rob Reiner en 1990. El casting para la película fue especialmente dificultoso debido a la cantidad de actores que rechazaron el proyecto, entre otros, Anjelica Huston y Al Pacino. Pero el resultado final mereció la pena. Hoy todos recordamos a Kathy Bates en el papel de una tosca mujer que rescata a su escritor favorito de una carretera de montaña nevada, donde había sufrido un accidente de coche. Lo que al principio era hospitalidad, se va tornando en acoso y secuestro. Kathy Bates se llevó el oscar a la mejor interpretación femenina por delante de grandes actrices del momento, incluyendo la que originalmente rechazó el papel de Bates en Misery.
Y terminamos la sección con la joya
de la corona: una historia sobre un hombre que acepta un trabajo de
mantenimiento de un hotel durante el invierno, mientras este se encuentra
cerrado y aislado por la nieve. Allí se traslada junto con su familia,
esperando poder encontrar la tranquilidad que necesita para escribir una novela.
El Resplandor fue adaptada, en primer
término, por Stanley Kubrick en 1980 dando como resultado una de las cintas de
terror más influyentes y recordadas de todos los tiempos. Teniendo en cuenta
esto, resulta curioso que el escritor rechazase la adaptación de Kubrick pues,
según afirmó, el director había ignorado los aspectos fundamentales de su obra:
la disolución familiar y el alcoholismo. Curiosamente, dos de las escenas más
recordadas hacen referencia a estos dos temas: la primera, la cabeza de Jack
Torrance (Jack Nicholson) emergiendo por la rotura de la puerta e intentando
agredir a su mujer. La segunda, la escena donde unos fantasmas se aparecen a
Jack en el bar del hotel.
Con el tiempo, Stephen King acabó por
reconocer el valor de la película. Sin embargo, en 1997 se estrenó un remake
más cercano a la concepción inicial del autor y que fue bautizado como El Resplandor de Stephen King.
SAGAS, SERIES Y SERIALES
Obviando la ya mencionada saga de Creepshow, no podemos pasar por alto a Los Chicos del Maíz, una obra tan
influyente como pésima. El relato narra la historia de una pareja que va a
parar a un pueblo habitado tan solo por niños donde han desarrollado un extraño
culto. Se trata de la adaptación de un cuento de En el Umbral de la Noche, una de las mejores recopilaciones del
autor, que poco honor hace al nivel de dicho volumen. Pese a ello, la película
cuenta nada menos que con seis secuelas que no logran, ni por asomo, equiparar
el patético listón que dejó la original. Pero si el argumento os ha dejado con
las ganas de ver algo igual o parecido, no dejéis de ver El Pueblo de los Malditos, un clásico inglés de los años 60, o la
inquietante ¿Quién Puede Matar a un Niño?,
la obra maestra de Chicho Ibáñez Serrador, estrenada tan solo dos años antes de
que se publicara el libro de King. Pese a que se ha hablado, en muchas
ocasiones, de plagio, lo que sí que es cierto es que el enfoque de cada uno de los
autores sobre el planteamiento original es claramente diferente: mientras
Stephen King se centra en la religión, Ibáñez Serrador se centra en la venganza
social y generacional, como las imágenes de archivo del comienzo de la película
dejan ver.
El desarrollo de la obra de King ha
coincidido con el auge de la televisión en los años setenta y ochenta, por lo
que una buena parte de su obra se produjo directamente para televisión en
formato de película o seriales. Además, debemos destacar las colaboraciones
como guionista, particularmente el guión que escribió para un episodio de la
quinta temporada de la exitosa serie de televisión Expediente X. El capítulo,
escrito junto con Chris Carter, el creador de la serie, fue uno de los peores
de la temporada que, por otro lado, a día de hoy está considerada una de las
cimas de la serie. “Chinga”, así se llamó, trata sobre una niña autista y su
muñeca presuntamente objeto de algún tipo de poder maligno.
Tampoco podemos olvidar el remake Hotel Kingdom (2004), cuyo guión firmó
King en colaboración con Lars Von Trier en una de las uniones más frikis de la
historia de la televisión. Esta producción, por supuesto, no pudo mejorar la
que diez años antes había filmado el director danés.
La Cúpula
(2013), por último, es la más reciente de las producciones televisivas en
nuestra lista. Cuenta con muchos ingredientes del mejor King, incluido lo
siniestro. Pese a todo no llegó a convencer por completo al público que, en su
estreno, se mostró menos unánime que la crítica.
¿QUIÉN DIJO MIEDO?
Hace unos años, el diario El País en
su edición del Semanal publicó una entrevista a uno de los hijos escritores de
Stephen King en el que remarcaba que su padre no era “solo un escritor de obras
de terror”. Y es que esto es algo que parece que los lectores de medio mundo tienden a olvidar ya que, en realidad, King no solo ha firmado buenos relatos de
terror. Y donde menos pasa desapercibido este rasgo del autor es en el cine.
Si: quizás, si lo piensan mejor,
ustedes podrán recordar más películas notables o sobresalientes basadas en uno
de sus libros que no sea de género.
La primera que les vendrá a la
memoria, seguramente, será Cadena
Perpetua (Frank Darabont, 1994). Y es que, pese a que no consiguiese
ninguno de los siete oscars a los que estuvo nominada, la audiencia de medio
mundo ha decidido que se encuentre, a día de hoy, en los tops de las más
prestigiosas redes sociales de cine como Filmaffinity o IMDB. Es sorprendente cómo
la película Cadena Perpetua ha
eclipsado, incluso, a su relato original, Rita
Hayworth y la redención de Shawshank, publicado en el libro Las Cuatro Estaciones y que habría de
consagrar a Stephen King como autor más allá del género de terror.
Cinco años después, Frank Darabont repetiría género (drama carcelario), autor (King) y éxito con La Milla Verde, una historia bien aderezada con uno de los elementos favoritos del autor: la fantasía. La Milla Verde está protagonizada por Tom Hanks en uno de los mejores momentos de su carrera y por Michael Clarke Duncan en el papel de un misterioso y cárnico gigante negro que es acusado de haber violado y matado brutalmente a unas niñas. El resultado es una película humana y satisfactoria que resulta convincente y cargada de personajes entrañables y momentos inolvidables.
Continuando por esta senda de pequeñas joyas basadas en las obras no terroríficas de King, existe un, llamémoslo, subgénero dramático aún sin catalogar y cuyas tramas giran en torno a la relación entre un adulto y un joven. Esta fórmula se ha llevado al cine en numerosas y exitosas ocasiones. Gus Van Sant y Mel Gibson darían en el clavo con sus producciones Descubriendo a Forrester (2000) y El Hombre sin Rostro (1993), respectivamente. En cuanto a adaptaciones de Stephen King mencionaremos Verano de Corrupción (2001) y Corazones en Atlántida (1998). La última mezcla esa kármica unión entre un adulto y un niño que veíamos en El Resplandor. En Verano de Corrupción, por otro lado, King se acercaría más al terror para relatar una oscura parábola sobre los peligros de remover el pasado. Ian McKellen, en el papel de un ex militar de las SS, carga con todo el peso dramático de esta película de Brian de Palma, el director de Sospechosos Habituales. De Palma desarrolla la película con pulso pese a lo previsible de su argumento y, contra todo pronóstico, se guarda un as en la manga para un desenlace perturbador.
La
adaptación de la novela The Body, una especie de Huckleberry Finn contada por Stephen King, fue llevada al cine por
Rob Reiner en 1986 y dio como resultado la exitosa Cuenta Conmigo, una road movie sobre un grupo de niños que se
embarca en un viaje movidos por el deseo de ver un cadáver abandonado a orillas
de un río. El punto de vista de uno de ellos, marginado por su propia familia
tras el deceso de su hermano mayor, sus amigos provenientes de grupos
marginales, así como el enfrentamiento a un grupo de matones, nos puede
recordar a It. El título original, Stand by me, está inspirado en el tema
homónimo que interpretó originalmente Ben E. King y que ha sido versionada por
diferentes artistas hasta la fecha. Su aire sesentero empapa los fotogramas de
esta nostálgica historia narrada con soltura.
¿QUÉ
HAY DE NUEVO?
Stephen
King sigue con su ritmo de publicación de dos novelas por año (es lo que tienen
los “buenos” contratos)… y seguro que se cocerán nuevas producciones sugeridas
por su obra. Una de las noticias que ya se han anunciado es la readaptación de
una de sus obras maestras, It, así
como la adaptación de su saga La Torre
Oscura.
De momento, según el propio escritor,
sus adaptaciones favoritas son La Niebla,
Cuenta Conmigo y Cadena Perpetua.
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