miércoles, 31 de diciembre de 2014

Stephen King. ¿Quién dijo miedo?


En el número 80  de la revista Esquirre, Stephen King se definía a sí mismo como “el equivalente literario a un BigMac con patatas”. Será porque su obra se ha extendido por todo el mundo, por la cantidad y calidad de su corpus o por su baja calidad literaria, este símil es más que convincente y muestra a un escritor ya maduro que sabe reírse de sí mismo y aceptar el papel que le toca ocupar en la sociedad… y en nuestras bibliotecas.

Pero lo cierto es que Stephen King es el escritor por excelencia del género de terror en narrativa contemporánea para muchísimos lectores de todo el mundo y, gracias a esta popularidad, muchos han sido los directores que se han atrevido a llevar a la pantalla al Ronald McDonald de la literatura, siendo prácticamente cero el número de libros suyos que no han sido aún adaptados.



LOS MAESTROS DEL TERROR

Al ser Stephen King un maestro de la literatura de terror, no es de extrañar que sus paralelos en el cine, los maestros del cine de terror, hayan acudido en manada a buscar inspiración de sus relatos para rodar sus producciones.

El primero en adaptarlo fue Tobe Hooper, el director de La Matanza de Texas, que dirigió El Misterio de Salem’s Lot, una mini serie que, al igual que el resto de la obra de Hooper, en particular, y que la mayoría de adaptaciones de los 80 de Stephen King, en general, acabaría por envejecer. La obra original se inspiró directamente en el Drácula de Bram Stoker para narrar la historia de Ben Mears, un escritor que regresa a su tierra natal (argumento bastante recurrente del autor) con el fin de escribir su próxima novela. Cuando los vecinos comienzan a convertirse en vampiros, Mears decide investigar para llegar al origen de la epidemia. El director acudiría a las dos películas de Nosferatu (1922 y 1979) para buscar inspiración en el diseño artístico.
Imágen de la versión de Nosferatu de 1922, dirigida por Murnau
Imágen de la versión de Nosferatu de 1979, dirigida por Werner Herzog
Imágen de la adaptación de El Misterio de Salem's Lot

A Hooper le siguió George A. Romero. En 1982, el director de La Noche de los Muertos Vivientes adaptó Creepshow, una película de episodios de los cuales 3 de de 5 eran inéditos. De las dos secuelas que se hicieron, solo una más volvió a contar con historias de Stephen King.


Otro que no tardaría en adaptar fue David Cronenberg, el barón de la sangre, que se decantó por La Zona Muerta (1983), un título más alejado del terror y más cercano a la ciencia ficción, su género por excelencia. Este thriller psicológico está protagonizado por Christopher Walken en el papel de un hombre que despierta tras cinco años en coma y descubre que tiene poderes extrasensoriales. Más adelante se haría un remake en formato de serie para televisión.

Ese mismo año, John Carpenter, el director de Halloween y The Thing estrenó Christine, basándose en la historia de un coche maldito que King escribió durante su estancia en el hospital tras haber sido atropellado.


NIÑOS, PAYASOS, COCHES Y CEMENTERIOS…

Parte del éxito del autor se debe a buscar en cosas más o  menos cotidianas, como un perro, un coche o un payaso, un motivo de terror, resaltando rasgos, exagerando y creando situaciones en las que cualquier persona podría sentirse aterrorizado. Además, Stephen King tiene una serie de motivos que se suelen repetir en muchas de sus novelas (muchos de ellos sabemos, autobiográficos) como el retorno al pueblo natal, la superación de miedos y traumas, el bulling y los abusos físicos y sexuales, las drogas, el alcoholismo, la familia… y la infancia, quizás el común denominador a todos los temas anteriormente citados. Muchas de sus novelas se pueden catalogar como bildungroman o comming-of-age story, historias protagonizadas por niños en plena transición hacia su madurez.


Este es el caso de su novela más larga hasta la fecha: It (Eso). Adaptada para el cine en dos partes en 1990, se trata de un catálogo de todos los temas citados en el anterior párrafo. Aún con gusto a las producciones televisivas de los ochenta, esta larga película tiene alguna de las mejores escenas de terror sacadas de un libro de King. Podemos recordar, entre otras, la escena de lluvia en la alcantarilla con los globos o la escena de las sábanas en el tendedero… cualquiera podría provocarnos pesadillas hasta los más adultos pero, si hay algo que esta película tristemente demuestra, es que es mejor sugerir… que mostrar, pues el desenlace de cada una de las dos partes es a cual más decepcionante. Aún queda por ver cómo resuelve Cary Fukunaga, el director de Sin Nombre (2009), Jane Eyre (2011) o la serie True Detective, el remake que prepara en dos partes para el 2016 pues, por si no era ya obvio, he de subrayar que la mayor carga terrorífica de la película original recae en Tim Curry, espeluznantemente caracterizado como el payaso Pennywise, en la mejor interpretación de su carrera junto con Frank N Furter, el vampiro transexual de The Rocky Horror Picture Show.

No se queda atrás Cementerio Viviente en cuanto a recursos de terror. En cuanto a anecdotario, tampoco: el propio Stephen King hace un cameo además de firmar el guión.


Más recientemente, Frank Darabont, uno de los directores con más tablas adaptando a Stephen King, encontró en La Niebla (2007) uno de los acercamientos más complejos a su obra. Este homenaje a H. P. Lovecraft es una fábula social y política, a veces nada sutil y puede que hasta enervante por lo que al punto de vista religioso se refiere. La historia nos lleva a Maine, el estado predilecto del autor, donde una brusca tormenta trae, tras de sí, una espesa niebla que sirve como hábitat a un grupo de monstruosas criaturas. En un supermercado se refugia un nutrido grupo de pueblerinos que se afrontará los extraños acontecimientos de diferente forma. Atentos con guiño inicial de la película a una de las obras más queridas de Stephen King: La Saga de la Torre Oscura.



EL RETORCIDO MUNDO DEL ESCRITOR

Moviéndose de un lugar a otro de los Estados Unidos para promocionar sus libros, imaginamos que el escritor habrá tenido muchas vivencias, algunas de ellas cercanas al género que él mismo cultiva. Y dado su facilidad para incluir elementos autobiográficos en sus novelas, no es de extrañar que algunas de ellas estén protagonizadas por escritores. En este apartado vamos a explorar adaptaciones donde la figura del escritor afronta algún tipo de crisis.

En esta línea se circunscribe el protagonista de 1408, un desafiante y escéptico escritor de guías de terror baratas. Su fe y su razón se verán puestas a prueba en la habitación 1408 del hotel Dolphin, en Nueva York. Quizás esta figure entre las adaptaciones con la ratio de sustos más alta.


Injustamente olvidada e infravalorada está La Ventana Secreta, protagonizada por Johnny Depp cuando estaba en el mejor momento de su carrera o, para muchos “cuando aún molaba”. La historia nos muestra a un autor en un momento de sequía creativa en el que un inesperado personaje le hace una visita. De todos los géneros entre los que oscila, quizás sea “thiller” el calificativo más adecuado. El carácter autoalusivo de la obra tampoco tiene desperdicio: "lo que importa es el final, es la parte más importante de un cuento. Y este... es perfecto".

Pero una de las más “perfectas” de todas las adaptaciones que en este artículo podamos incluir es Misery, dirigida por Rob Reiner en 1990. El casting para la película fue especialmente dificultoso debido a la cantidad de actores que rechazaron el proyecto, entre otros, Anjelica Huston y Al Pacino. Pero el resultado final mereció la pena. Hoy todos recordamos a Kathy Bates en el papel de una tosca mujer que rescata a su escritor favorito de una carretera de montaña nevada, donde había sufrido un accidente de coche. Lo que al principio era hospitalidad, se va tornando en acoso y secuestro. Kathy Bates se llevó el oscar a la mejor interpretación femenina por delante de grandes actrices del momento, incluyendo la que originalmente rechazó el papel de Bates en Misery.


Y terminamos la sección con la joya de la corona: una historia sobre un hombre que acepta un trabajo de mantenimiento de un hotel durante el invierno, mientras este se encuentra cerrado y aislado por la nieve. Allí se traslada junto con su familia, esperando poder encontrar la tranquilidad que necesita para escribir una novela. El Resplandor fue adaptada, en primer término, por Stanley Kubrick en 1980 dando como resultado una de las cintas de terror más influyentes y recordadas de todos los tiempos. Teniendo en cuenta esto, resulta curioso que el escritor rechazase la adaptación de Kubrick pues, según afirmó, el director había ignorado los aspectos fundamentales de su obra: la disolución familiar y el alcoholismo. Curiosamente, dos de las escenas más recordadas hacen referencia a estos dos temas: la primera, la cabeza de Jack Torrance (Jack Nicholson) emergiendo por la rotura de la puerta e intentando agredir a su mujer. La segunda, la escena donde unos fantasmas se aparecen a Jack en el bar del hotel.

Con el tiempo, Stephen King acabó por reconocer el valor de la película. Sin embargo, en 1997 se estrenó un remake más cercano a la concepción inicial del autor y que fue bautizado como El Resplandor de Stephen King.



SAGAS, SERIES Y SERIALES


Obviando la ya mencionada saga de Creepshow, no podemos pasar por alto a Los Chicos del Maíz, una obra tan influyente como pésima. El relato narra la historia de una pareja que va a parar a un pueblo habitado tan solo por niños donde han desarrollado un extraño culto. Se trata de la adaptación de un cuento de En el Umbral de la Noche, una de las mejores recopilaciones del autor, que poco honor hace al nivel de dicho volumen. Pese a ello, la película cuenta nada menos que con seis secuelas que no logran, ni por asomo, equiparar el patético listón que dejó la original. Pero si el argumento os ha dejado con las ganas de ver algo igual o parecido, no dejéis de ver El Pueblo de los Malditos, un clásico inglés de los años 60, o la inquietante ¿Quién Puede Matar a un Niño?, la obra maestra de Chicho Ibáñez Serrador, estrenada tan solo dos años antes de que se publicara el libro de King. Pese a que se ha hablado, en muchas ocasiones, de plagio, lo que sí que es cierto es que el enfoque de cada uno de los autores sobre el planteamiento original es claramente diferente: mientras Stephen King se centra en la religión, Ibáñez Serrador se centra en la venganza social y generacional, como las imágenes de archivo del comienzo de la película dejan ver.

El desarrollo de la obra de King ha coincidido con el auge de la televisión en los años setenta y ochenta, por lo que una buena parte de su obra se produjo directamente para televisión en formato de película o seriales. Además, debemos destacar las colaboraciones como guionista, particularmente el guión que escribió para un episodio de la quinta temporada de la exitosa serie de televisión Expediente X. El capítulo, escrito junto con Chris Carter, el creador de la serie, fue uno de los peores de la temporada que, por otro lado, a día de hoy está considerada una de las cimas de la serie. “Chinga”, así se llamó, trata sobre una niña autista y su muñeca presuntamente objeto de algún tipo de poder maligno.


Tampoco podemos olvidar el remake Hotel Kingdom (2004), cuyo guión firmó King en colaboración con Lars Von Trier en una de las uniones más frikis de la historia de la televisión. Esta producción, por supuesto, no pudo mejorar la que diez años antes había filmado el director danés.

La Cúpula (2013), por último, es la más reciente de las producciones televisivas en nuestra lista. Cuenta con muchos ingredientes del mejor King, incluido lo siniestro. Pese a todo no llegó a convencer por completo al público que, en su estreno, se mostró menos unánime que la crítica.


¿QUIÉN DIJO MIEDO?

Hace unos años, el diario El País en su edición del Semanal publicó una entrevista a uno de los hijos escritores de Stephen King en el que remarcaba que su padre no era “solo un escritor de obras de terror”. Y es que esto es algo que parece que los lectores de medio mundo tienden a olvidar ya que, en realidad, King no solo ha firmado buenos relatos de terror. Y donde menos pasa desapercibido este rasgo del autor es en el cine.

Si: quizás, si lo piensan mejor, ustedes podrán recordar más películas notables o sobresalientes basadas en uno de sus libros que no sea de género.


La primera que les vendrá a la memoria, seguramente, será Cadena Perpetua (Frank Darabont, 1994). Y es que, pese a que no consiguiese ninguno de los siete oscars a los que estuvo nominada, la audiencia de medio mundo ha decidido que se encuentre, a día de hoy, en los tops de las más prestigiosas redes sociales de cine como Filmaffinity o IMDB. Es sorprendente cómo la película Cadena Perpetua ha eclipsado, incluso, a su relato original, Rita Hayworth y la redención de Shawshank, publicado en el libro Las Cuatro Estaciones y que habría de consagrar a Stephen King como autor más allá del género de terror.



Cinco años después, Frank Darabont repetiría género (drama carcelario), autor (King) y éxito con La Milla Verde, una historia bien aderezada con uno de los elementos favoritos del autor: la fantasía. La Milla Verde está protagonizada por Tom Hanks en uno de los mejores momentos de su carrera y por Michael Clarke Duncan en el papel de un misterioso y cárnico gigante negro que es acusado de haber violado y matado brutalmente a unas niñas. El resultado es una película humana y satisfactoria que resulta convincente y cargada de personajes entrañables y momentos inolvidables.

Continuando por esta senda de pequeñas joyas basadas en las obras no terroríficas de King, existe un, llamémoslo, subgénero dramático aún sin catalogar y cuyas tramas giran en torno a la relación entre un adulto y un joven. Esta fórmula se ha llevado al cine en numerosas y exitosas ocasiones. Gus Van Sant y Mel Gibson darían en el clavo con sus producciones Descubriendo a Forrester (2000) y El Hombre sin Rostro (1993), respectivamente. En cuanto a adaptaciones de Stephen King mencionaremos Verano de Corrupción (2001) y Corazones en Atlántida (1998). La última mezcla esa kármica unión entre un adulto y un niño que veíamos en El Resplandor. En Verano de Corrupción, por otro lado, King se acercaría más al terror para relatar una oscura parábola sobre los peligros de remover el pasado. Ian McKellen, en el papel de un ex militar de las SS, carga con todo el peso dramático de esta película de Brian de Palma, el director de Sospechosos Habituales. De Palma desarrolla la película con pulso pese a lo previsible de su argumento y, contra todo pronóstico, se guarda un as en la manga para un desenlace perturbador.


La adaptación de la novela The Body, una especie de Huckleberry Finn contada por Stephen King, fue llevada al cine por Rob Reiner en 1986 y dio como resultado la exitosa Cuenta Conmigo, una road movie sobre un grupo de niños que se embarca en un viaje movidos por el deseo de ver un cadáver abandonado a orillas de un río. El punto de vista de uno de ellos, marginado por su propia familia tras el deceso de su hermano mayor, sus amigos provenientes de grupos marginales, así como el enfrentamiento a un grupo de matones, nos puede recordar a It. El título original, Stand by me, está inspirado en el tema homónimo que interpretó originalmente Ben E. King y que ha sido versionada por diferentes artistas hasta la fecha. Su aire sesentero empapa los fotogramas de esta nostálgica historia narrada con soltura.


¿QUÉ HAY DE NUEVO?

Stephen King sigue con su ritmo de publicación de dos novelas por año (es lo que tienen los “buenos” contratos)… y seguro que se cocerán nuevas producciones sugeridas por su obra. Una de las noticias que ya se han anunciado es la readaptación de una de sus obras maestras, It, así como la adaptación de su saga La Torre Oscura.

De momento, según el propio escritor, sus adaptaciones favoritas son La Niebla, Cuenta Conmigo y Cadena Perpetua.

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