miércoles, 26 de marzo de 2008

Lars Von Trier y el "Dogma 95"

Tras "la trilogía de la vida" y después de no haber publicado nada durante bastante tiempo, me propongo hoy a hablaros de uno de mis directores favoritos, Lars Von Trier, en un pequeño estudio personal a su obra, de innegable valor cinéfilo y cultural.

Lars Von Trier ha destacado en el cine por su visión crítica del mundo y por ser el creador del llamado "Dogma 95", un movimiento cinematográfico basado, principalmente, en tres pesquisas básicas: cámara en mano, luz natural y sonido directo.

Para los que crean que esto resulta altamente aburrido y poco interesante, están equivocados; para los que crean que el mundo no está preparado para esta particular visión, no les falta razón. Y lo cierto es que el mérito de Von Trier no reside en el Dogma en sí, sino en su perspectiva dramática y en su mentalidad para ofrecernos historias diferentes, frescas, escandalizadoras, críticas, obsesivas, radicales... porque, como él dice "Una película debe molestar como una china en un zapato".


Nació en 1956 y a los once años recibió su primera cámara con la que grababa producciones caseras con sus amigos. Estudió cine (donde adoptó en "von" de su apellido incitado por un profesor) y a comienzos de los ochenta comenzó a ganar premios por sus películas de estudiante.

Se ganó el reconocimiento de todo el mundo con "El elemento del crimen", su primera obra. Después dirigió la trilogía de Europa: Epidemic en primer lugar y Medea después. Esta película decepcionó tanto que los que lo habían alabado dieron literalmente al director como acabado. No obstante, la tercera y última pieza de la trilogía,"Europa", sirvió para cerrar muchas bocas.


Tras haber dirigido una miniserie de terror para la televisión ("El Reino"), dirigió "Rompiendo las olas", una película donde se veía ya la formación adulta del director en una historia dura y turbadora sobre una mujer que, quedando inválido su marido en un accidente, se ve obligada a prostituirse y, por consiguiente, será odiada y castigada por su pueblo.


Después de haber retomado su mítica serie de terror en una segunda parte, Lars Von Trier co-creó el movimiento cinematográfico "Dogma 95" y lo puso en práctica con la sobresaliente "Idioterne" o "Los idiotas" también llamada, y media Europa quedó pasmada ante esta subliminal sátira burlesca sobre unos jóvenes que viven en una comuna y se dedican a exhibirse en público como si fuesen retrasados mentales con la excusa de "buscar su idiota interior".




Hablemos ahora de "Bailando en la oscuridad". Von Trier escribió y dirigió este peculiar musical con Björk y ya solo por esto merece mención aparte. "Bailando en la oscuridad" se trata, en realidad, de una de las obras más sobresalientes del director, como siempre, por la innovación que presenta dentro de los musicales, los temas que trata y los personajes divinamente interpretados. La historia gira en torno a Selma, una madre soltera que se enfrenta a una ceguera inminente y, a contra reloj, intenta reunir el dinero para pagar una operación a su hijo pues, si no, se enfrentará al mismo problema que ella. Su casero, el marido de su mejor amiga, lo descubrirá y planeará robarla para pagar sus múltiples deudas. Selma, amante de la música y el baile, se comunicará con el mundo y con los espectadores a través de unas canciones extrañas, inquietantes, mágicas y realmente conmovedoras.


Enseguida se embarca en un nuevo e innovador proyecto cinematográfico con "la trilogía de Estados Unidos" que se solidificó en el 2003 con "Dogville", su primera parte, y posteriormente, en 2005, con "Manderlay". La idea principal era llevar el movimiento Dogma hasta su último extremo. De ahí se crea un escenario fijo, con el atrezzo pintado en el suelo, y un sistema de mímica para abrir puertas, representar disparos, fuego, el sonido de las montañas de EEUU... Todo ello contribuye de algún modo a la creación de nuevas formas de expresar el cine, o dicho de otro modo, nuevo lenguaje cinematográfico. Aún así, y llegados hasta este punto, el movimiento Dogma fue dejado en parte de lado por el director para estas últimas obras (recordemos que el dogma prohibe la música añadida , los muertos...)

A la espera de ver la tercera parte de la trilogía con "Wasington", Von Trier nos recompensa con un pequeño entremés titulado "El jefe de todo esto". Una inocente comedia sobre el mundo laboral que sigue (esta vez sí) todas las normas Dogma, incluso para reírse, literalmente, del público y del propio movimiento.

2 comentarios:

vivalacocacola dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=rs_5QanPtQM

No te digo nada mas xDD

Jesús Ibáñez dijo...

ahí ahí... mantén el plano xD